lunes, 27 de octubre de 2014

¿Para qué el AMPA?

La pregunta del título nos ha sido planteada muchas veces a todos los que de una manera u otra formamos parte o colaboramos con las asociaciones de padres. Y queremos intentar darle respuesta aquí, para todos.

Primero hay que decir que la pregunta tiene muchas veces un doble sentido. En primer lugar para qué hay que colaborar, ayudar o pagar la cuota del AMPA. Y en segundo, una vez explicada la primera, porqué tiene que ser el AMPA quien lo haga. Así que empecemos desde el principio.

AMPA significa Asociación de Madres y Padres de Alumnos. Por tanto es la manera que tenemos todos los padres y madres de todos los alumnos de un centro de ponernos en común, desarrollar iniciativas, plantear cuestiones, etc. También para llevar a cabo determinadas actividades o también para conseguir algunas mejoras para el colegio, para que sean disfrutadas por nuestros hijos.

Así, por ejemplo, de vuestra colaboración en el AMPA se obtiene la dotación de libros de la biblioteca de Secundaria, que las aulas tengan calefacción (y que esa calefacción funcione, pues hay que hacer frente al coste de la energía), las camitas que los más pequeños tienen disponibles para descansar los días de comedor, el nuevo mobiliario de las seis aulas de infantil que renovamos el curso pasado, las persianas que por fin permiten que algunas de las aulas se pueda trabajar a determinadas horas sin que el sol entre en horizontal cegando la vista, o la gran y ansiada obra de arreglo del patio grande acometida este pasado verano.

Esta exposición, muy breve y resumida, nos llevaría a la siguiente formulación de la misma pregunta. ¿Para qué, o mejor dicho, por qué tiene que estar ahí la Asociación y no el colegio directamente?

Es una magnífica pregunta. ¿Por qué no se encarga el centro de esas dotaciones, de esos arreglos, de esas actividades? ¿Por qué tenemos que estar los padres, a través de la asociación, pendientes de esos asuntos?

Insistimos: es una magnífica pregunta que merece una explicación detallada que nos obliga a tomar un poco de distancia para adquirir perspectiva.

Todos nosotros hemos elegido este colegio sabiendo que es un colegio religioso concertado. Esto implica varias cosas. La primera y más evidente es que es un centro con ideario en el que, de manera transversal, nuestros hijos reciben una formación cristiana. Es algo que sabemos y solicitamos. También implica que tiene una serie de normas particulares, como por ejemplo el uniforme. También lo sabemos y aceptamos. No sería coherente que unos padres pidieran para sus hijos unas plazas de nuestro colegio pero pidiendo que no lleven uniforme o no reciban ningún tipo de formación cristiana, ni participen en el rezo matinal en la clase. Todos entendemos eso. Pero hay más cosas que implica el ser un colegio concertado.

Como sabéis, que un centro concertado significa que es un centro privado, en este caso perteneciente a la Congregación de las Esclavas del Divino Corazón, que mediante un concierto con la administración educativa ofrece plazas escolares sostenidas con fondos públicos. Es decir, con dinero procedente de los impuestos que todos los contribuyentes pagamos.

Ahora bien, si todos pagamos los impuestos que nos correspondan, independientemente de nuestro criterio de elección de centro, o incluso de si no tenemos hijos en edad escolar, el uso de ese dinero de nuestros impuestos destinado a Educación NO se distribuye con la misma igualdad. Así, mientras la administración destina para cada plaza escolar pública aproximadamente 5.700 euros por curso, la cantidad asignada para cada plaza concertada se queda en unos 3.000 euros por curso. Es decir, de nuestros impuestos se destina a las plazas de nuestros hijos poco más de la mitad de lo que se destina a las plazas de los alumnos de la pública.

Para hacernos una idea, un colegio sólo de primaria, de dos líneas y 25 niños por aula recibiría, si es público, 1.710.000 euros por curso; mientras que un concertado recibiría 900.000 euros. Con esas cantidades tan distintas, tienen que impartir la misma educación a los mismos niños y mantener el colegio ordenado, limpio y bien mantenido.

Únase a ello otra consideración: los retrasos en las partidas a los colegios concertados son plato corriente, y en ese caso los titulares de los centros tendrán que hacer sus cuentas para atender pagos, nóminas, etc. Mientras que el personal del colegio público recibe los pagos directamente de la Administración, con lo que el colegio puede seguir su actividad normal. Y además, si surge un problema de mantenimiento del centro, en el caso de los públicos son los Ayuntamientos de las localidades los que atenderán ese mantenimiento, mientras que en el caso del concertado, la entidad propietaria será la que se siente, eche cuentas y se tenga que buscar las soluciones.

En este escenario, los padres estimamos que nuestro colegio nos necesita. Y que de la misma manera que debemos ser consecuentes para aceptar uniformes o rezos matinales, debemos serlo para colaborar con él.

Por ello, porque para todo eso está el AMPA, os volvemos a pedir, como todos los años, vuestra colaboración económica y vuestra cuota, sí, pero también vuestra aportación personal, vuestra sugerencia, vuestra idea, por modesta que os pueda parecer y, por qué no, vuestra crítica, para entre todos conseguir que el AMPA sea lo que tiene que ser: Una asociación de TODOS los padres y madres que, en la medida de nuestras posibilidades y de nuestro no siempre acertado entendimiento, podamos aportar nuestro granito de arena al colegio que hemos elegido porque de esa manera es a nuestros hijos a los que ofreceremos esas mejoras.

Como siempre, estamos a vuestra disposición en persona, en el buzón que hay en la entrada del colegio, en nuestro blog, en nuestras páginas en redes sociales y en nuestra dirección de correo electrónico para escucharos, atenderos y para lo que estiméis oportuno.

Muchas gracias a todos.


Junta Directiva
AMPA Cardenal Spínola
http://ampacardenalspinola.blogspot.com.es/
ampacardenalspinola@gmail.com